La película que arrasó con los premios del BAFICI, y la única argentina en el Festival de Cannes, parte de una especial, ultracinematográfica adaptación de la novela homónima de Humberto Costantini, situada en Buenos Aires en 1977. Un hombre recibe, en plena dictadura, la información del paradero de dos personas buscadas por los militares. Ahora tiene la posibilidad de salvarlas, aunque eso implica arriesgar su propia vida.
Esta es una película sobre decisiones bajo presión, una presión ambiente estable, sólida, que se mete en la piel, en la respiración. Un film en el que los marrones y los grises son colores presentes pero sobre todo estados de ánimo. Un relato que construye su recorrido según la progresiva toma de decisiones de su personaje principal, interpretado a la perfección por un Diego Velázquez sutil y contenido. Una apuesta arriesgada que transmite seguridad, que resuelve una adaptación literaria con modos cinematográficos llevados a cabo con aplomo. Una película argentina que transcurre en los setenta y no se preocupa por poner en primer plano las gaseosas en botellas de vidrio. La ambientación es impecable, pero no es el punto de llegada, es apenas un aspecto más de un film trabajado con seriedad, austeridad y exactitud.
Directores: Andrea Testa Nació en Buenos Aires en 1987, y estudió en la ENERC, donde realizó varios cortometrajes. Dirigió el documental Pibe chorro, que se estrenará este año.
Francisco Márquez Nació en Buenos Aires en 1981. Estudió en la ENERC, donde realizó varios cortometrajes. Dirigió el documental Después de Sarmiento (2014).