Bloody Daughter (95´)
Dir.: Stéphanie Argerich


Viernes 16/8 - 18hs - Cine El Cairo


“Soy la hija de una diosa”, bromea en un momento de Bloody Daughter Stéphanie Argerich. ¿Bromea? Exagera, apenas: casi ningún amante de la música clásica dudaría en ubicar a mamá Martha (nacida en Argentina, pero desde hace décadas ciudadana del mundo, o más bien de la música) en el Olimpo reservado a las y los mayores pianistas del planeta. Stéphanie, la menor de las tres hijas que Argerich tuvo con tres maridos distintos, aprovecha su posición privilegiada (y la cámara que su madre le trajo de una de sus mil giras) como compañera de viaje por Polonia, Japón, Italia y unos cuantos países más para capturar rarísimos momentos de esa intimidad que la artista siempre se esforzó por preservar. ¿Dónde más podrían ver a Argerich en pijama, recién levantada, hablando trivialidades acerca de los desayunos? ¿O paseando por el Jardín Botánico de Palermo y mirando viejas fotos familiares? Claro que, como en cualquier relación madre-hija, no todo es color de rosas y en Bloody Daughter está uno de los momentos más genuinamente tristes del Festival, que tiene que ver con Lyda, la primera hija de Argerich.